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Daniel y el dragón

23 En Babilonia había un gran dragón al que adoraban todos los habitantes de la ciudad. 24 Entonces el rey le dijo a Daniel:

—No me vas a decir que éste es un dios de bronce. Éste sí está vivo, pues come y bebe. Así que debes adorarlo.

25 Pero Daniel le respondió:

—Yo sólo adoro al Dios de Israel, porque es mi Dios y vive para siempre. Si Su Majestad me da permiso, yo mataré a ese dragón sin hacer uso de arma alguna.

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